Es fascinante cómo el nerviosismo del primer día de trabajo es un sentimiento universal entre muchos, independientemente de la etapa profesional en la que se encuentren. Tiene sentido si pensamos en la vorágine de incertidumbres con las que nos encontramos el primer día.
La extraña mezcla de emoción y preocupación, la emoción de un nuevo reto y, por supuesto, la gran cantidad de caras nuevas que vas a ver a menudo, sin duda pueden provocar nerviosismo.
Pero no tiene por qué ser tan aterrador.
Con un plan sólido y la actitud adecuada, el primer día será todo un éxito. Una pista: no rechaces una invitación para almorzar.
Para ayudarte, te ofrecemos 10 consejos sencillos pero totalmente eficaces para triunfar en tu primer día de trabajo.
10 consejos para combatir la ansiedad del «primer día de trabajo»
¿Listo para acabar con los nervios del primer día? Aquí tienes tu plan de batalla: 10 consejos prácticos para dominar tu primer día de trabajo:
- Haz preguntas y prepáralas para comprender mejor tu función y tu entorno.
- Llega a tiempo y vístete adecuadamente, ya que eso marca la pauta para el éxito.
- Muestra interés por tu equipo presentándote o preguntando por ellos.
- Toma notas de cualquier código de acceso, reuniones improvisadas o nombres que puedas olvidar.
- Percibe el ambiente observando cómo se comportan tus colegas y luego adaptándote a ellos.
- Participa en actividades sociales como ir a tomar café, salir a comer o asistir a eventos después del trabajo.
- Evita los chistes arriesgados hasta que entiendas el humor de la oficina.
- Evita los chismes de oficina, es una forma segura de mantenerte profesional y respetuoso.
- Aprende los nombres de todos repitiéndolos en las conversaciones.
- No compartas demasiada información y establece límites personales para mantener un equilibrio saludable entre tu vida laboral y personal.
Suena sencillo, ¿verdad? Ahora, veamos cada consejo más detenidamente.
1. Pregunta y prepara preguntas
Para aliviar el nerviosismo inicial del primer día de trabajo, hay una estrategia muy eficaz que te ayudará a ponerte al día: hacer preguntas. Muchas preguntas.
Y si no se te ocurre ninguna en el momento, prepáralas con antelación.
Plantear tus preguntas directamente ayuda a crear una excelente primera impresión, evita situaciones incómodas en el futuro y te proporciona una orientación clara.
Aquí tienes cinco preguntas específicas que puedes hacer cuando estés nervioso por tu primer día de trabajo:
- ¿Podrías explicarme cómo es un día típico en mi puesto?
- ¿A quién debo contactar si hay algún problema?
- ¿Hay alguien en concreto con quien deba reunirme esta semana?
- ¿Cuál es el lugar habitual para las pausas para el café o las reuniones después del trabajo?
- ¿Hay alguna tarea o proyecto inmediato en el que deba centrarme durante mi primera semana?
Tener tus preguntas a mano te dará confianza, disipará cualquier inquietud y te pondrá en el camino para un comienzo sólido.
2. Sé puntual y vístete adecuadamente
Debes recordar dos cosas fundamentales para causar una buena impresión el primer día: llegar a tiempo y vestirte adecuadamente.
Para evitar llegar tarde, planifica tu trayecto con antelación. Añade tiempo extra por si surge algún imprevisto.
En cuanto a la ropa, vestirte adecuadamente dice mucho de ti antes de que digas una sola palabra. No es necesario «vestirse para impresionar» todos los días, pero un estilo demasiado informal podría no jugar a tu favor.
Así que, en lugar de decirte qué ponerte (porque, como sabes, a todos nos gustan cosas diferentes), veamos qué no debes ponerte.
Aquí tienes una lista rápida de lo que normalmente no se debe llevar:
- Chanclas
- Vaqueros demasiado rotos
- Tops escotados o cortos
- Cualquier prenda con logotipos gigantes o eslóganes llamativos
- Faldas o pantalones cortísimos
Recuerda que, en caso de duda, debes informarte sobre la cultura de la empresa. Si se trata de un trabajo corporativo, probablemente debas vestirte un poco más elegante. Si es una startup, puedes vestirte de forma más informal.
3. Muestra interés por tu equipo
En primer lugar, preséntate adecuadamente. Es básico, pero muy importante. Basta con un informal «Hola, soy [tu nombre], encantado de conocerte». Rompe el hielo y pone las cosas en marcha. ¡Pero no te detengas ahí!
Pregunta a tus nuevos compañeros sobre:
- Funciones en el equipo
- Tiempo que llevan en la empresa
- Lugar favorito para almorzar en la zona
- Consejos como recién llegado a la empresa
- Preferencias en cuanto al café (u otras pausas habituales en la oficina)
Mostrar un interés genuino por tu equipo no solo te hace más simpático, sino que también ayuda a construir relaciones laborales sólidas.
4. Toma notas
Nuevo trabajo, nuevas caras y mucha información nueva, ¿verdad? ¡El primer día puede parecer una sobrecarga total de información! Y seamos sinceros, nuestro cerebro no está preparado para asimilarlo todo de golpe.
Así que aquí tienes una estrategia ganadora: toma notas. Es una técnica tradicional, pero confía en nosotros, funciona.
Coge un cuaderno y anota todo, desde los códigos de acceso hasta los nombres de los contactos clave o cualquier procedimiento específico que requiera tu nuevo puesto.
¿Tienes una reunión improvisada? Anótala. ¿Has oído un nombre que sabes que no recordarás? Anótalo.
No se trata solo de ayudar a tu memoria, sino de estar al tanto de todo desde el principio. Tomar notas no solo es práctico, sino que también le muestra a tu nuevo equipo que eres entusiasta, organizado y que te tomas el trabajo en serio.

5. Siente el ambiente (donde fueres, haz lo que vieres)
Cada lugar de trabajo tiene su propio ritmo y flujo: algunos siempre están en movimiento y no hay mucho tiempo para charlar, mientras que a otros les encanta ponerse al día tomando un buen café o reírse con un vídeo divertido de YouTube.
El truco aquí es observar y aprender.
- Si tus nuevos compañeros se concentran en silencio y se dedican a hacer su trabajo, haz lo mismo. A nadie le gusta que un novato rompa su concentración para charlar de forma informal.
- Pero si observas que la gente se toma descansos, se ríe un rato o charla mientras toma un café, esa es tu señal. Acércate, únete a la conversación y muéstrales tu lado sociable.
Tomarte el tiempo para comprender el ambiente de la oficina te ayudará a integrarte perfectamente en tu equipo. En realidad, se trata de encontrar el equilibrio. Como dice el refrán, cuando estés en Roma, haz como los romanos, o cuando estés en la oficina, ¡haz como tus compañeros!
6. Participa en las actividades sociales
La vida en la oficina no se reduce a hojas de cálculo y reuniones, también se trata de establecer relaciones.
Aquí tienes algunos consejos para ayudarte a empezar:
- Acepta esa invitación para tomar un café o almorzar. Podrás conocer a tu equipo en un ambiente más informal.
- Únete a un evento después del trabajo o a una salida el viernes por la noche. Son excelentes oportunidades para crear vínculos con tus compañeros.
- Si eres fumador y ves que un compañero sale a fumar, plantéate acompañarlo (aunque recuerda que no es el hábito más saludable).
Y, si por casualidad tu primer día de trabajo es en diciembre, aguanta y prueba la Navidad en el trabajo.
Ser sociable no significa descuidar tu trabajo, sino tender puentes y formar parte de la comunidad. Así que di que sí a esas invitaciones y participa.
7. Evita las bromas arriesgadas (aunque sabemos que son las más divertidas)
A todos nos encantan las bromas divertidas para romper el hielo, especialmente cuando estamos nerviosos por el primer día de trabajo. Pero aquí está el problema: no todas las bromas son adecuadas en el lugar de trabajo, especialmente las arriesgadas.
Aunque tengas la mejor de las intenciones, nunca se sabe qué puede ofender a alguien o provocar sentimientos desagradables. La generación Z se toma esto muy en serio.
Cuando eres nuevo en el equipo, es mejor ir sobre seguro hasta que te familiarices con el humor de la oficina. Recuerda que lo último que quieres es un malentendido el primer día.
Sin embargo, aquí tienes una lista de temas que debes siempre evitar:
- Chistes sobre razas o etnias
- Religión
- Chistes sexistas
- Política
- Orientación sexual
- Temas controvertidos como el aborto, el control de armas, etc.
¿En resumen? Ten cuidado con el contenido de tus bromas hasta que conozcas el ambiente del lugar. E incluso entonces, evita siempre los temas mencionados. Créenos, ¡una risa respetuosa es mucho mejor que un silencio incómodo!
8. Mantente alejado de los chismes de la oficina
Empezar un nuevo trabajo es como entrar en el plató de una serie de televisión interminable. Siempre hay algún drama en marcha o alguna historia que se desarrolla. Pero aquí va un consejo profesional: mantente alejado de los chismes de la oficina.
Claro, puede ser tentador enterarte de los entresijos de lo que ocurre en la oficina o crear vínculos compartiendo chismes. Pero involucrarse en los chismes de la oficina el primer día no es una buena idea.
Así que, si te encuentras en medio de un grupo de chismosos, esto es lo que debes hacer:
- No entres en la conversación: mantente callado y no preguntes.
- Cambia de tema: «¿Alguna recomendación para comer por aquí?».
- O sé directo: «Prefiero no meterme en los chismes de la oficina».
Al mantenerte al margen de los chismes de la oficina, conservas tu profesionalidad, proteges tu integridad y mantienes un ambiente de trabajo positivo.
Ah, y si alguien de entre tus nuevos compañeros de trabajo te llama la atención, consulta nuestra guía sobre cómo abordar las relaciones sentimentales en la oficina.
9. Aprende los nombres de todos
La cuestión es que los nombres importan, y mucho. Recordar y utilizar el nombre de alguien es una forma sutil de mostrar respeto y hacer que se sienta valorado.
Además, nada transmite mejor tu compromiso que saludar a tu nuevo compañero, «Dave, de contabilidad», utilizando su nombre real.
Por supuesto, recordar todos esos nombres en tu primer día puede parecer que te estás preparando para un campeonato de memoria.
Por eso, aquí tienes algunas estrategias que te ayudarán a recordar los nombres de tus compañeros:
- Repite sus nombres durante la conversación: «¡Encantado de conocerte, Dave!».
- Asocia sus nombres con cualquier rasgo distintivo para ayudarte a recordarlos.
Si lo consigues, no solo te recordarán, sino que también impresionarás al equipo.
10. No compartas demasiada información y establece tus límites personales
Nuevo trabajo, nuevos compañeros y, sin duda, un millón de nuevas conversaciones sobre todo lo habido y por haber. Está muy bien compartir detalles sobre tu vida y tus intereses, de hecho, ¡es genial para crear vínculos con tu nuevo equipo!
Pero recuerda que hay una línea muy fina entre compartir y compartir demasiado.
Y todos sabemos lo fácil que es compartir demasiado cuando estamos nerviosos por el primer día de trabajo. Por lo tanto, mantén tus conversaciones ligeras y no te adentres en tu vida personal o en quejas sobre trabajos anteriores desde el principio. A la gente le encanta cotillear, especialmente cuando se trata de ti como nuevo compañero de trabajo, así que asegúrate de mantenerte profesional.
Esto nos lleva a otro punto crucial: establecer límites personales. Todo el mundo necesita un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal, y eso comienza por establecer límites claros.
Así es como puedes establecer los tuyos:
- Rechaza educadamente si te piden que trabajes fuera de tu horario laboral de forma habitual.
- Evita añadir a todo el mundo a tus cuentas privadas en las redes sociales.
- Si no es obligatorio compartir tu número de teléfono móvil personal, considera limitarte a la información de contacto del trabajo.
¿Sigues nervioso por tu primer día de trabajo? Por suerte, nuestra experiencia nos dice que tienes al menos toda la primera semana para corregir (o consolidar) esa impresión.
A menos que seas un cachorro policía, en cuyo caso ya dominas el arte de impresionar a todo el mundo en tu primer día de trabajo.